¿Cuándo y cómo nació Berninches?. La pregunta del millón; del millón y medio si han de responderla aficionados a la investigación histórica. Sin duda que al arqueólogo le encantaría descubrir en sus excavaciones una piedra maestra que llevara grabada la fecha de fundación del poblado enterrado; o al historiador desempolvar ese pergamino clave, en condiciones óptimas de conservación y caligrafía nítida, donde se despejaran todas las incógnitas del pasado. Esto, es un sueño nunca cumplido, y por ello tendremos que conformarnos con trabajar una serie de variantes que nos conducirán a observar los procesos comunes producidos en el entorno, los fenómenos sociales característicos de la época y los rasgos particulares del enclave en sí, apoyándonos al caso en herramientas como la toponimia, que estudia el origen de los nombres propios del lugar.
lunes, 30 de mayo de 2011
martes, 24 de mayo de 2011
Casi un milenio.
Que lleva nuestro pueblo ahí, encaramado a la ladera de Las Matas. Casi hace 1.000 años que por primera vez le nombraron en latín, a través de "las casas del Collado de Berninches". Y es posible que su historia se remonte incluso más allá; que bien fuera un puesto fortificado árabe, bien una torre de defensa castellana y, ciertamente, una granja o alquería mora o cristiana que dió origen a lo que ahora conocemos.
Desde el prisma de simples aficionados, iremos desgranando y debatiendo ésta y otras cuestiones a través de un espacio concebido por y para la Historia de Berninches. Ese pueblecito, nuestro pueblecito, que parece haber vivido huérfano de ella por no tener siquiera un libro encomendado a su memoria. Cuyas piedras se fueron cayendo, escondiendo o cambiando de muro, emborronando así la huella de su devenir. Sirva desde aquí lanzar ese homenaje a sus huesos, a sus propios habitantes, como parte inseparable de su andadura a través de los siglos.
Desde el prisma de simples aficionados, iremos desgranando y debatiendo ésta y otras cuestiones a través de un espacio concebido por y para la Historia de Berninches. Ese pueblecito, nuestro pueblecito, que parece haber vivido huérfano de ella por no tener siquiera un libro encomendado a su memoria. Cuyas piedras se fueron cayendo, escondiendo o cambiando de muro, emborronando así la huella de su devenir. Sirva desde aquí lanzar ese homenaje a sus huesos, a sus propios habitantes, como parte inseparable de su andadura a través de los siglos.
Publicado por
Luismi
en
16:54
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Etiquetas:
Berninches,
saludo
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