Comienza el siglo XV para Berninches. Y lo enfrenta en una posición cada vez más sólida, merced a la anexión del término de La Golosa e, indirectamente, la concesión de priorato al Collado, como vimos a finales del siglo XIV. Durante esta centuria, la historia del pueblo experimentará un cambio sustancial en todos los ámbitos, pasando de la adolescencia a la madurez. Se trata de un proceso que podemos constatar, gracias al cada vez más creciente número de documentos que van apareciendo. Los escribanos comienzan a tomar posiciones al frente del ritmo cardiaco del lugar, multiplicando tinta y pluma, ante la avalancha de sucesos que el pueblo genera, tanto en intramuros como extramuros. Se irá requiriendo la figura de un procurador, capaz de defender en los tribunales de Castilla los derechos y pretensiones de Verninches, cada vez más demandados por su concejo, en una práctica que iría cogiendo empuje ante el declive del sistema propiamente feudal. Aún así, no olvidemos que los "señores", feudales o no, siempre han poseído la vara de mando. Aunque, ocasionalmente, la portara uno de los "alcaldes hordinarios" o un "juez de paz"...
Si un servidor fuera todo lo metodológico que se requiere para estas cuitas, no echaría en falta ahora una mención escrita sobre las fuentes que le llevaron a anotar en su cuaderno de cronología, tres sucesos acontecidos en el primer tercio del siglo XIV. La primera, comienza con una cita de 6 de octubre de 1416, sobre un documento que debiera de hallarse en Almonacid (lo redacta su escribano, Juan Martínez), y en el cual se ofrece traslado autorizado de una sentencia del pleito seguido en la ciudad de Burgos, referente a las penas exigidas por la Orden de Calatrava a los vecinos de las inmediaciones del despoblado del Collado. Este título de "despoblado" para el Collado, nos vuelve a evocar viejos dilemas no solucionados, ambiguos, como que el sitio siempre se mantuvo desde finales del siglo XII que se citan sus "casas", habitado por varios vecinos hasta una fecha indeterminada, entre el siglo XIII y XIV. Al parecer, un "ADN" bastante similar al disfrutado por La Golosa... Por otra parte, ¿a qué "vecinos de las inmediaciones del Collado" se refiere?. Y, ¿qué tipo de "penas" les exigía la Orden?... La otra anotación sin reseña bibliográfica, corresponde a 1426, y refleja una sentencia de las posterías de entre el Común (de Zorita) y adegañas y encomienda del Collado. La tercera "indocumentada", se sitúa a 6 de septiembre de 1434, y en ella se trata la revocación de un privilegio otorgado por el Maestre de Calatrava a las villas de Auñón y Verninches. En este apartado, comentar que es muy probable que exista un error al tomar las fechas, ya que en 1434 ninguno de los dos lugares tenían el título de "villa". A no ser que, precisamente, el privilegio revocado fuera el propio villazgo...
No obstante, la fecha clave en este artículo se centra en un 14 de abril de 1450. El concejo se vuelve a reunir en el atrio de la iglesia de Santa María de Berninches. Igual que otras tantas ocasiones, cotidianas o extraordinarias, como aquella en la que se dió lectura al manifiesto de adhesión de La Golosa. Allá, al amparo de los muros sagrados, sería precepto que Dios bendijera la cesión que el comendador Luis de Contreras pretendía hacer de sus heredades en El Collado, La Golosa y Berninches, al mismo pueblo. Como era precepto para estos menesteres, el "comendador generoso" previamente obtuvo carta de merced de su superior, el Maestre Pedro Girón, pues en cierto modo se trataba de alienar bienes de la Orden en beneficio de un concejo, aún de pertenecer éste a la estructura de Calatrava. En la reseña que el sempiterno dr. Juan Catalina García hace al respecto (1), comenta a la hora de establecer una razón para la cesión que "no sabemos si por hacer bien a los vecinos, o por sanear las rentas de la encomienda" ... Ciertamente, el cambio social, político y económico que se venía produciendo durante la Baja Edad Media, dejaba a los señores feudales en otro plano que el propio de atender huertos y cosechas propios; máxime pudiendo contar con el sistema de "diezmos", que les permitía seguir cobrando el producto -en parte- sin preocuparse de la infraestructura y mantenimiento inherente. El caso es que, finalmente, Berninches llegó a fagocitar parte de las tierras propias que el comendador poseía en torno a su misma mansión del Collado, como las censadas en el resto del término de la cabecera del Arlés. Eso sí, mantuvo como condición que habría de quedar en usufructo para el comendador y sucesores la misma ermita del Collado, su casa adyacente, así como el espacio comprendido en veinte pasos a la redonda haciendo compás desde el templo benedictino. Así mismo, estableció los beneficios que habrían de corresponderle por el género recogido en sus donaciones. Tratándose de uva, grano, lino, cáñamo y aceite "dos diezmos de todo lo que asy se cogiere, de diez cosas dos"; siendo paja, hortalizas, frutas, miel, cera, ánsares, puercos o cualesquiera animales domésticos "solo uno de cada diez". Del mismo modo, con objeto de garantizar que los terrenos ofrecidos no acabaran atomizándose en propiedades de "extraños", se hizo constar que tanto las enajenaciones como las subrogaciones habrían de llevarse a cabo con vasallos de la Orden, informando de estos movimientos al comendador (2). De esta forma se aseguraban el control de la tierra donada.
A través de tales reseñas, conocemos que en 1450 el comendador del Collado era un tal Luis de Contreras, que observaremos se cita más adelante, con motivo de las primeras visitas documentadas de la Orden a sus posesiones de Zorita, en donde tomaran, pueblo por pueblo, el pulso de sus actividades y disposiciones a llevar a cabo para su buen funcionamiento. Tangencialmente, comentar que se pretende crear una relación histórica de comendadores que lo fueron del Collado, ampliando la elaborada por el dr. Juan Catalina García. También tenemos que el maestrazgo de Calatrava para aquellas fechas, recaía en Pedro Girón. Un personaje que tendrá un significado capital en algunos importantes lances acontecidos en la tierra de Zorita mediado el siglo XV. La encomienda de Auñón y Berninches sufriría de primera mano las guerras intestinas que los caballeros calatravos mantuvieron en dicha época por hacerse con el control de la Orden, así como los conflictos entre reinos que asolaron parte del territorio alcarreño mientras el capitán navarro Juan de Puelles mantuvo el control del castillo de Torija.
(1): CATALINA GARCÍA, Juan; Relaciones Topográficas de los pueblos de Guadalajara, con Aumentos a las mismas, Madrid: Real Academia de la Historia, 1903-1911 - 6 Tomos
(2): Según el dr. Juan CATALINA GARCÍA, Relaciones Topográficas de los pueblos de Guadalajara, con Aumentos a las mismas-Berninches-, Madrid: Real Academia de la Historia, 1903-1911: "consta todo, y se transcribe la autorización del maestre, dada por acuerdo del capítulo celebrado en Toledo por la Orden, en un códice de pergamino de 10 hojas. Lleva sello aovado, de cera, sin otra insignia que la cruz de Calatrava. Cita las tierras que tenía la Orden en el pago de Valdehigueras y en el del Enebral". Por las indicaciones ofrecidas, no es posible constatar en qué lugar permanece o permaneció archivado el documento; si bien tenemos que algunas de las tierras que cedió la Orden al concejo se ubicaban en el susodicho Enebral y Valdehigueras.
Si un servidor fuera todo lo metodológico que se requiere para estas cuitas, no echaría en falta ahora una mención escrita sobre las fuentes que le llevaron a anotar en su cuaderno de cronología, tres sucesos acontecidos en el primer tercio del siglo XIV. La primera, comienza con una cita de 6 de octubre de 1416, sobre un documento que debiera de hallarse en Almonacid (lo redacta su escribano, Juan Martínez), y en el cual se ofrece traslado autorizado de una sentencia del pleito seguido en la ciudad de Burgos, referente a las penas exigidas por la Orden de Calatrava a los vecinos de las inmediaciones del despoblado del Collado. Este título de "despoblado" para el Collado, nos vuelve a evocar viejos dilemas no solucionados, ambiguos, como que el sitio siempre se mantuvo desde finales del siglo XII que se citan sus "casas", habitado por varios vecinos hasta una fecha indeterminada, entre el siglo XIII y XIV. Al parecer, un "ADN" bastante similar al disfrutado por La Golosa... Por otra parte, ¿a qué "vecinos de las inmediaciones del Collado" se refiere?. Y, ¿qué tipo de "penas" les exigía la Orden?... La otra anotación sin reseña bibliográfica, corresponde a 1426, y refleja una sentencia de las posterías de entre el Común (de Zorita) y adegañas y encomienda del Collado. La tercera "indocumentada", se sitúa a 6 de septiembre de 1434, y en ella se trata la revocación de un privilegio otorgado por el Maestre de Calatrava a las villas de Auñón y Verninches. En este apartado, comentar que es muy probable que exista un error al tomar las fechas, ya que en 1434 ninguno de los dos lugares tenían el título de "villa". A no ser que, precisamente, el privilegio revocado fuera el propio villazgo...
No obstante, la fecha clave en este artículo se centra en un 14 de abril de 1450. El concejo se vuelve a reunir en el atrio de la iglesia de Santa María de Berninches. Igual que otras tantas ocasiones, cotidianas o extraordinarias, como aquella en la que se dió lectura al manifiesto de adhesión de La Golosa. Allá, al amparo de los muros sagrados, sería precepto que Dios bendijera la cesión que el comendador Luis de Contreras pretendía hacer de sus heredades en El Collado, La Golosa y Berninches, al mismo pueblo. Como era precepto para estos menesteres, el "comendador generoso" previamente obtuvo carta de merced de su superior, el Maestre Pedro Girón, pues en cierto modo se trataba de alienar bienes de la Orden en beneficio de un concejo, aún de pertenecer éste a la estructura de Calatrava. En la reseña que el sempiterno dr. Juan Catalina García hace al respecto (1), comenta a la hora de establecer una razón para la cesión que "no sabemos si por hacer bien a los vecinos, o por sanear las rentas de la encomienda" ... Ciertamente, el cambio social, político y económico que se venía produciendo durante la Baja Edad Media, dejaba a los señores feudales en otro plano que el propio de atender huertos y cosechas propios; máxime pudiendo contar con el sistema de "diezmos", que les permitía seguir cobrando el producto -en parte- sin preocuparse de la infraestructura y mantenimiento inherente. El caso es que, finalmente, Berninches llegó a fagocitar parte de las tierras propias que el comendador poseía en torno a su misma mansión del Collado, como las censadas en el resto del término de la cabecera del Arlés. Eso sí, mantuvo como condición que habría de quedar en usufructo para el comendador y sucesores la misma ermita del Collado, su casa adyacente, así como el espacio comprendido en veinte pasos a la redonda haciendo compás desde el templo benedictino. Así mismo, estableció los beneficios que habrían de corresponderle por el género recogido en sus donaciones. Tratándose de uva, grano, lino, cáñamo y aceite "dos diezmos de todo lo que asy se cogiere, de diez cosas dos"; siendo paja, hortalizas, frutas, miel, cera, ánsares, puercos o cualesquiera animales domésticos "solo uno de cada diez". Del mismo modo, con objeto de garantizar que los terrenos ofrecidos no acabaran atomizándose en propiedades de "extraños", se hizo constar que tanto las enajenaciones como las subrogaciones habrían de llevarse a cabo con vasallos de la Orden, informando de estos movimientos al comendador (2). De esta forma se aseguraban el control de la tierra donada.
A través de tales reseñas, conocemos que en 1450 el comendador del Collado era un tal Luis de Contreras, que observaremos se cita más adelante, con motivo de las primeras visitas documentadas de la Orden a sus posesiones de Zorita, en donde tomaran, pueblo por pueblo, el pulso de sus actividades y disposiciones a llevar a cabo para su buen funcionamiento. Tangencialmente, comentar que se pretende crear una relación histórica de comendadores que lo fueron del Collado, ampliando la elaborada por el dr. Juan Catalina García. También tenemos que el maestrazgo de Calatrava para aquellas fechas, recaía en Pedro Girón. Un personaje que tendrá un significado capital en algunos importantes lances acontecidos en la tierra de Zorita mediado el siglo XV. La encomienda de Auñón y Berninches sufriría de primera mano las guerras intestinas que los caballeros calatravos mantuvieron en dicha época por hacerse con el control de la Orden, así como los conflictos entre reinos que asolaron parte del territorio alcarreño mientras el capitán navarro Juan de Puelles mantuvo el control del castillo de Torija.
(1): CATALINA GARCÍA, Juan; Relaciones Topográficas de los pueblos de Guadalajara, con Aumentos a las mismas, Madrid: Real Academia de la Historia, 1903-1911 - 6 Tomos
(2): Según el dr. Juan CATALINA GARCÍA, Relaciones Topográficas de los pueblos de Guadalajara, con Aumentos a las mismas-Berninches-, Madrid: Real Academia de la Historia, 1903-1911: "consta todo, y se transcribe la autorización del maestre, dada por acuerdo del capítulo celebrado en Toledo por la Orden, en un códice de pergamino de 10 hojas. Lleva sello aovado, de cera, sin otra insignia que la cruz de Calatrava. Cita las tierras que tenía la Orden en el pago de Valdehigueras y en el del Enebral". Por las indicaciones ofrecidas, no es posible constatar en qué lugar permanece o permaneció archivado el documento; si bien tenemos que algunas de las tierras que cedió la Orden al concejo se ubicaban en el susodicho Enebral y Valdehigueras.
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