Que lleva nuestro pueblo ahí, encaramado a la ladera de Las Matas. Casi hace 1.000 años que por primera vez le nombraron en latín, a través de "las casas del Collado de Berninches". Y es posible que su historia se remonte incluso más allá; que bien fuera un puesto fortificado árabe, bien una torre de defensa castellana y, ciertamente, una granja o alquería mora o cristiana que dió origen a lo que ahora conocemos.
Desde el prisma de simples aficionados, iremos desgranando y debatiendo ésta y otras cuestiones a través de un espacio concebido por y para la Historia de Berninches. Ese pueblecito, nuestro pueblecito, que parece haber vivido huérfano de ella por no tener siquiera un libro encomendado a su memoria. Cuyas piedras se fueron cayendo, escondiendo o cambiando de muro, emborronando así la huella de su devenir. Sirva desde aquí lanzar ese homenaje a sus huesos, a sus propios habitantes, como parte inseparable de su andadura a través de los siglos.
Pisaremos, damas y caballeros de Berninches, un camino jalonado de hechos asombrosos, curiosos e insólitos que andaremos juntos; apoyados en la infografía 3D y nuevas tecnologías que nos han de ayudar a descifrar y comprender un pasado que se remonta hasta los tiempos del Mío Cid. Donde su primo en el cantar, Álvar Fáñez, recorrió una y mil veces esta tierra entonces dependiente de Zorita, cabalgando contra la morería que pugnaba por no marchar de aquí. ¿Fué este ilustre caballero castellano aquél que batió a los sarracenos dentro de la leyenda que incluye fiero combate entre ambas tropas en las cercanías de El Collado?. ¿Acudió el Santiago Matamoros que corona el retablo de la ermita en auxilio de las huestes cristianas?. ¿Es, en realidad, la construcción del mismo templo-fortaleza-hospital de El Collado la constatación material del agradecimiento del castellano cristiano a sus deidades por el supuesto éxito en aquella batalla...?
Todo comenzó, como siempre empiezan reflejando innumerables legajos, en la villa de Berninches...
Permítanme, villanos y foráneos, dedicar este espacio a todos los vecinos de Berninches que ya no están entre nosotros, y que contribuyeron sin duda a marcar su huella en el camino del pueblo. Con una mención especial a mi tía Gloria y a mi amigo, Juanito.
Un saludo y bienvenidos, familiares, paisanos o simplemente de los que por aqui se dan en llamar, desde mucho antes que los mencionaran en las películas del oeste, "forasteros".
Desde el prisma de simples aficionados, iremos desgranando y debatiendo ésta y otras cuestiones a través de un espacio concebido por y para la Historia de Berninches. Ese pueblecito, nuestro pueblecito, que parece haber vivido huérfano de ella por no tener siquiera un libro encomendado a su memoria. Cuyas piedras se fueron cayendo, escondiendo o cambiando de muro, emborronando así la huella de su devenir. Sirva desde aquí lanzar ese homenaje a sus huesos, a sus propios habitantes, como parte inseparable de su andadura a través de los siglos.
Pisaremos, damas y caballeros de Berninches, un camino jalonado de hechos asombrosos, curiosos e insólitos que andaremos juntos; apoyados en la infografía 3D y nuevas tecnologías que nos han de ayudar a descifrar y comprender un pasado que se remonta hasta los tiempos del Mío Cid. Donde su primo en el cantar, Álvar Fáñez, recorrió una y mil veces esta tierra entonces dependiente de Zorita, cabalgando contra la morería que pugnaba por no marchar de aquí. ¿Fué este ilustre caballero castellano aquél que batió a los sarracenos dentro de la leyenda que incluye fiero combate entre ambas tropas en las cercanías de El Collado?. ¿Acudió el Santiago Matamoros que corona el retablo de la ermita en auxilio de las huestes cristianas?. ¿Es, en realidad, la construcción del mismo templo-fortaleza-hospital de El Collado la constatación material del agradecimiento del castellano cristiano a sus deidades por el supuesto éxito en aquella batalla...?
Todo comenzó, como siempre empiezan reflejando innumerables legajos, en la villa de Berninches...
Permítanme, villanos y foráneos, dedicar este espacio a todos los vecinos de Berninches que ya no están entre nosotros, y que contribuyeron sin duda a marcar su huella en el camino del pueblo. Con una mención especial a mi tía Gloria y a mi amigo, Juanito.
Un saludo y bienvenidos, familiares, paisanos o simplemente de los que por aqui se dan en llamar, desde mucho antes que los mencionaran en las películas del oeste, "forasteros".
7 comentarios:
Bueno bueno, la rueda del molino vuelve a hacer harina...
Como se diría en el cara-libro: "me gusta esto"
Tenemos mas historia que los 51 estados de las barras y las estrellas, juntos. Habrá que airearla un poquillo, leñe...
Espero que le guste aún más, hermano.
Gustará seguro, a propios y extraños :-)
Que la pluma te acompañe
Bueno, esto si que tiene miga, casi tanta como el pan del Clemente.
Me gusta brother
Joder David no había leido tú comentario, parecemos panaderos...
la semana k viene tienes k publicar otra de esas cosas , k tengo ganas de leer mas
Gracias a vuesas mercedes, caballeros, villanos e infantes, por tamaños parabienes.
De la Cofradía de la Vera Barra de Pan...
Con un fuerte abrazo.
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